La historia de Bodega Biosca, pasado presente y futuro
Nuestra historia comienza dentro de los sueños de Julián Ángel Biosca, natural de Fuente la Higuera y descendiente de una familia de labradores de la localidad.
Conocía el mundo del vino pues sus padres cultivaban viña, entre otros cultivos propios de la zona, pero, aunque la situación económica de la familia le hubiese permitido vivir sin dificultades en su pueblo a Julián no le gustaba el trabajo del campo y poseía un espíritu inquieto que le llevó a hacer su sueño realidad.
Para disgusto de su padre, deja Fuente la Higuera y se instala en Valencia, donde se las ingenia para vender vinos, embutidos y otros productos de su pueblo, que le llegan por el "ordinario" y reparte el mismo a las numerosas tabernas y casas de comidas económicas de la ciudad.
Los inicios de Bodega Biosca en 1935 donde Julián Angel Biosca comenzó su negocio de venta de vinos a granel.
Encuentra de esta forma un local prometedor en el barrio de Ruzafa, muy cerca del mercado, que le puede proporcionar un buen número de clientes. En 1932 se instala en ese local. Acababa de nacer Bodega Biosca, en el número 20 de la calle Doctor Serrano, y ahí seguimos 91 años después.
En 1952 el volumen de ventas de la bodega hizo necesario ampliar la capacidad de almacenamiento de vino encargando a un especialista de Requena la construcción de cinco depósitos para vino y uno para aceite, que en su momento se excavaron a mano y se revistieron de una capa de unos 15 cm. de cemento. En la actualidad estos depósitos se encuentran fuera de uso, pero pueden verse por todos los visitantes de la bodega.
Julián incorporó al negocio a sus hijos, Julián Ángel y Blas Arcadio Ángel Estarlich. La bodega repartía vino por toda Valencia y sus alrededores, usando como vehículo de reparto unos triciclos de carga que en los años sesenta fueron sustituidos por un motocarro carrozado de la marca italiana ISO y después por un Citröen 2CV.
A principios de los años 70 Julián y Blas Arcadio tomaron el relevo de su padre y se repartieron las funciones. Ya entrados los años 90, los sobrinos de Julián, Begoña y Arcadio se hicieron cargo de la bodega hasta que en 2018 Bodega Biosca tuvo que cerrar sus puertas y se convirtió en una Bodega durmiente ya que nunca se llegó a desmantelar y reconvertir en otro tipo de negocio.
Los hermanos Sergio y Susana Pardo, junto con Begoña Angel, tercera generación de la familia Biosca.
Y así llegamos a 2022 donde de la mano de Begoña, tercera generación de la familia Biosca, y los Hermanos Susana y Sergio Pardo surge una sinergia que revive el sueño de Julián y entre los tres devuelven la vida a Bodega Biosca con un proyecto que va más allá de la venta de bebidas, recuperando ese espíritu de bodega tradicional adaptándolo a los tiempos actuales y a sus nuevas necesidades.
Bodega Biosca hoy, es un espacio donde crear experiencias liquidas para los clientes de la bodega, organizando experiencias con vinos, destilados e incluso talleres gastronómicos, siempre con el mundo liquido como protagonista.
Fachada actual de la tienda
Happy days en los comienzos de Bodega Biosca